Segimón Vilarasau
Barcelona 1971
Segimon Vilarasau estudia en Barcelona y Cuenca, dedicándose principalmente a la pintura. De la disciplina pictórica le interesa su historia, su materialidad, y su componente narrativo, fuertemente ligado a la figuración.
La figuración y su narratividad tienen para él un especial vínculo con la escritura, que ha venido explotando en forma de juegos de lenguaje, presentes tanto en las propias composiciones como en sus títulos. A menudo las obras surgen de palabras o frases sueltas que acaban por crear un espacio peculiar por medio de inesperadas asociaciones entre estos distintos campos de significación.
Respecto a la práctica pictórica, su interés está centrado en el aspecto performativo del propio acto de pintar, concediendo particular relevancia a las condiciones tanto espaciales como temporales en las que pinta. Esta actividad produce cuadros, pero éstos no dejan de ser un accidente: restos físicos de la experiencia.